El Cientifico Loco
Narra su punto de vista como codescubridor de la
estructura del ADN, obtiene su nombre de un poema del romanticismo británico,
en concreto de Ode on a Grecian Urn (“Oda a una urna griega”), de John Keats
(1795-1821). El poema se centra en los sentimientos generados a la hora de
entender las historias narradas en los grabados de una jarra de cerámica, y es
utilizado por Keats para ejemplificar una idea poderosa: que la belleza y el
conocimiento son sinónimos.
Además, si entendemos la ciencia no solo como un conjunto
de conocimientos, sino también como un modo de pensar, nos damos cuenta de que
es un campo fértil para las historias apasionadas y cargadas de rebeldía. Hay
pocas cosas más incómodas que la verdad, sobre todo cuando lo descubierto choca
contra dogmas y chovinismos. Por ello, la ciencia es una revolución en sí
misma, pues contiene en su esencia dos elementos subversivos: el rechazo de los
argumentos que tienen valor porque los defiende una autoridad y el
ensalzamiento del pensamiento crítico.
Mientras más examino el universo y estudio los detalles de su arquitectura, más prueba hallo de que de alguna manera el universo sabía que veníamos.
La gente intenta comprender el gran universo mirando a
través de dos ventanas: la ciencia y la religión.
Bibliografia
www.wikipedia.com.co
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